A finales de los años veinte, Juan Nepomuceno Guerra Cárdenas y sus hermanos Arturo y Roberto, contrabandeaban tequila, whiskey y cerveza a Estados Unidos, llevaban alcohol, bebida prohibida en ese entonces en territorio estadounidense, gracias al envío ilegal de alcohol, traían de regreso dólares y diversos productos como electrodomésticos y llantas. Cuando la ley seca fue derogada en 1933, Juan Nepomuceno agregó a sus actividades ilicitas, el control de casas de apuestas, la trata de personas y el robo de automóviles.
Para echar a andar sus lucrativos negocios Guerra Cárdenas estableció una red de contactos políticos por toda la región, mantuvo estrechas amistades con caciques sindicales del ramo transportista y aduanero, con gobernadores de Tamaulipas y posteriormente hasta con presidentes.
Los vínculos de Nepomuceno Cárdenas con el poder político local, era tal que Roberto su hermano menor, formó parte del gabinete estatal del gobernador Práxedis Balboa, y el hijo de éste, también de nombre Roberto, llegó a ser alcalde de Matamoros en 1984. Esta red de vínculos no se limitaba al círculo regional, pues Juan Nepomuceno Guerra Cárdenas también se relacionó con importantes personajes de la política nacional como Joaquín Hernández Galicia alias "La Quina" y Raúl Salinas Lozano, padre de Carlos y Raúl Salinas de Gortari.
"Don Juan" era tan poderoso que mató a su esposa y al hijo de Pancho Villa y nadie se atrevió a denunciarlo.
A mediados de la década de los setenta, la organización criminal de Juan Nepomuceno incursionó en el tráfico de drogas. A "Don Juan" como le decían sus más cercanos, la idea de entrar en este nuevo negocio le generaba muchas dudas porque consideraba que lo pondría en la mira de la DEA, sin embargo accedió, porque la propuesta venía de su sobrino y protegido: Juan García Ábrego.
Las dos condiciones que Juan Nepomuceno Guerra Cárdenas puso para entrar al mundo del narcotráfico, fueron las siguientes:
Primero, Nepomuceno Guerra no quería participar directamente en las negociaciones con los cárteles colombianos, esas tareas las realizaría García Abrego.
Segundo, sólo permitiría utilizar las redes de transporte y de protección gubernamental para mover las drogas, pero no intentaría recuperar cargamentos decomisados.
Pronto el narcotráfico probó ser altamente redituable y se convirtió en la actividad predominante y principal del grupo delictivo, a tal grado que ahí se le comienza a llamar Cártel de Matamoros, por sus vínculos con los cárteles colombianos.
Al concluir los años ochenta, los patrullajes de las autoridades estadunidenses dificultaban cada vez más a los colombianos transportar drogas por el Caribe. Las pérdidas de cargamentos eran tan altas que los hermanos Rodríguez Orejuela del Cártel de Cali ofrecieron a Juan García Ábrego una oferta irrechazable: el 50% de las utilidades, si transportaba los cargamentos de droga desde la frontera sur de México, hasta Texas. Tal operación requeriría de coordinación logística a gran escala, compra de avionetas, construcción de pistas aéreas y bodegas clandestinas, sobornar a autoridades en la frontera sur, el noreste y a lo largo de la franja del Golfo de México.
El Cártel de Matamoros quería dejar de ser una organización criminal regional subsidiada por los cárteles colombianos para convertirse en un actor preponderante en el narcotráfico transnacional.
Para lograr un ingreso triunfal, García Ábrego y sus socios, se convencieron de que era necesario un cambio generacional en el liderazgo del cártel.
Para jubilar a su tío, Juan García Ábrego empezó a contratar operadores en todo el país, empezó a repartir el botín millonario entre las autoridades, quienes ahora le rendirían cuentas a él. Con el tiempo, la influencia de Juan Nepomuceno Guerra Cárdenas menguó significativamente, y se vió obligado al retiró pacífico del nuevo gran negocio.
Bajo el liderazgo de García Ábrego el ahora llamado Cártel del Golfo se convirtió en la organización criminal más poderosa del continente. Su éxito se debió a que aprovechó tres activos fundamentales:
- La privilegiada ubicación geográfica de Tamaulipas, una larga frontera con Estados Unidos y cuatro de los cruces fronterizos más activos del país (Matamoros, Miguel Alemán, Nuevo Laredo y Reynosa); la cual poseía una extensa franja costera escasamente vigilada.
- El segundo activo fue la sólida red de complicidad con autoridades de todos los niveles que su tío construyó durante cinco décadas.
- Y el tercero fue que García Ábrego compensó la desventaja de que Tamaulipas no fuera un gran productor de drogas, por medio de un acuerdo altamente provechoso con los colombianos.
Con el ascenso vino la notoriedad, con ello llegó el acoso de Estados Unidos. En 1993 el gobierno mexicano creó un equipo especial de 50 agentes para detener a Juan García Ábrego, posteriormente en el año 1995 el FBI lo colocó entre los 10 criminales más buscados del mundo. A pesar de los esfuerzos, la cacería se volvió frustrante. García Ábrego era un capo elusivo, siempre estaba un paso adelante de sus captores.
Quizás, la conocida amistad de su tío "Don Juan" con el presidente Carlos Salinas de Gortari, sería el motivo de su buena suerte, pero esta terminaría con el cambio de gobierno. La administración de Ernesto Zedillo ocupaba de un golpe espectacular, para minimizar el levantamiento Zapatista en Chiapas y los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, la captura del gran capo significaría también una ruptura con el gobierno anterior.
Zedillo ordenó al procurador Antonio Lozano Gracia crear un grupo policiaco de elite formado solamente por 15 elementos de la PGR. Para evitar las filtraciones de información no se involucró a la Policia, al Ejército o la Marina, la recolección de inteligencia estuvo a cargo de agentes encubiertos de la DEA.
Al final, las busquedas dieron resultados. El 14 de enero de 1996 Juan García Ábrego fue arrestado en su rancho de Villa Juárez en Nuevo León, en un operativo en el que no se realizó un solo disparo. Al día siguiente y por temor a que se escapara, inmediatamente fue extraditado a Estados Unidos, donde se le dictó una sentencia de 11 cadenas perpetuas.
Todo indica que su extradición fue totalmente ilegal, algo parecido a lo ocurrido con Carlos Lehder capo colombiano del Cártel de Medellín.