Todas las víctimas de "La Mataviejitas" , eran ancianas, quienes en su mayoría vivían solas. Las muertes eran provocadas por golpes y estrangulación. En cada asesinato que cometía, "La Mataviejitas" vestía de color rojo.
Juana Barraza Samperio fue luchadora, se hacia llamar "La Dama del Silencio", por tal motivo, sabía como someter y tenía la fuerza y habilidad para hacerlo sigilosamente.
En el transcurso de las actividades criminales de Juana Barraza, las autoridades policíacas fueron duramente criticadas por los medios de comunicación, ya que asumían que se trataba de un asesino en serie de genero masculino.
Las autoridades de la Ciudad de México buscaban entre las prostitutas y los travestis al culpable.
Los oficiales que investigaban los crímenes, sospechaban que el asesino se presentaba ante sus víctimas como trabajador social, ofreciendo programas de beneficencia para personas de la tercera edad.
La búsqueda y casería de "La Mataviejitas" se complicó debido al cúmulo de evidencias contradictorias. En un punto de la investigación, la policía pensó que eran dos asesinos los que podrían estar implicados.
Antes de la captura de la presunta asesina, las autoridades mexicanas divulgaban declaraciones de testigos que señalaban que el asesino usaba ropa de mujer. En uno de los casos, uno de los testigos observó a una “mujer grande con una blusa roja” salir del hogar de una de las mujeres asesinadas.
El mayor avance en el caso ocurrió el 25 de enero de 2006 cuando se arrestó a una persona sospechosa huyendo del hogar de la última de las víctimas. La señora Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años de edad, vivía en la colonia Moctezuma, había sido estrangulada con un estetoscopio.
Para sorpresa de muchos, que aseguraban que el asesino era hombre, la persona detenida era una mujer; Juana Barraza Samperio, de entonces 48 años de edad.
Al ser detenida portaba un estetoscopio, formas de solicitud de pensión para adultos mayores y una tarjeta que la identificaba como trabajadora social.
El día de su detención, cometió un error, la casa donde cometió el ultimo crimen, estaba habitada por un hombre, quien dio el aviso y detalles de la asesina. La policía la detuvo minutos después. Al momento de su captura, la presunta asesina confesó el crimen de la anciana; Ana María, igualmente confeso los asesinatos de otras tres mujeres, pero negó estar implicada en el resto de los crimenes.
"La Mataviejitas" comentó que había visitado la casa de la señora Ana María de los Reyes en búsqueda de trabajo como lavandera.
Tras los estudios psicológicos practicados a Juana Barraza, se conoció que parte de su conducta criminal, era reflejo de la violencia y violación que había sufrió durante su niñez. Justa Samperio, madre de "La Mataviejitas" era una señora alcohólica, en una reunión con otras personas, la madre de Juana Barraza permitió que tres hombres abusaran de ella.
"La Mataviejitas" declaro:
"Yo odiaba a las señoras, porque de niña mi mamá me maltrataba, me pegaba, siempre me maldecía y me regaló con un señor grande".
Juana Barraza nunca mostró arrepentimiento por sus crímenes. "La Mataviejitas" acarreaba graves traumas y problemas psicológicos que de un momento a otro en su vida adulta los reflejaría.
Juana Barraza Samperio alias "La Mataviejitas", cometió según las autoridades 17 asesinatos, (aunque se estima que pudieron ser 40), finalmente fue sentenciada el 26 de enero de 2006, a 754 años de prisión.
Ya en reclusión Juana Barraza se casó en una boda colectiva, que solamente le duró un año. El esposo purgaba una condena por homicidio doloso.
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