Conocí a la señora "Silvia" (nombré ficticio, no tuve autorización de poner nombre real), de pura casualidad. Un fin de semana buscando libros de política e historia, llegué hasta un puesto de libros usados en la colonia presidentes, en el famoso "mercado de la presidentes", en Querétaro.
El señor que atendía me miró sorprendido, aquella ocasión compré 12 libros (5 libros de Rafael Loret de Mola, 1 de Sanjuana Martínez, 5 de historia de México y 1 de Mario Ruíz Massieu (casualmente), los libros los vendía a precios muy baratos por ser usados, cuando estaba pagando, me preguntó; "¿Te gusta la política?, no es normal que la gente lea política, esos libros los tengo desde hace muchos meses y no se venden", cuando guardaba el libro "Palabras Perdidas", de Mario Ruíz Massieu, el señor tranquilamente me comentó; mi señora fue nana de la sobrina del autor de ese libro.
Quedé petrificado, conocía perfectamente la trágica historia del matrimonio Ruíz Massieu-Salinas, y también sabía del dudoso suicidio de Mario Ruíz Massieu, autor del libro al que se refería el dueño del puesto.
Sin pensarlo, le pedí que me contará más.
"Si, mi esposa trabajó en los 70's en la casa de Adriana Salinas de Gortari, hermana de Carlos y Raúl Salinas de Gortari, ella llegó por recomendación de un familiar que ya laboraba en la mansión como jardinero, mi esposa primero fue contratada para ayudar en la limpieza, después se ocupó de la hija pequeña de la familia, fue nana de Claudia Ruiz Massieu Salinas, hija de Adriana Salinas de Gortari y José Francisco Ruíz Massieu".
"Trabajó más de 10 años, conoció a toda la familia Salinas".
Le platiqué al señor sobre mis intenciones de escribir un libro, sobre escándalos políticos. La emoción de imaginarme todo lo que la señora podría contarme, me animó a tirar la pregunta obligada: ¿Podría conocer a su esposa para que me cuente sobre su experiencia con los Salinas?, claramente y con mucha razón, la pregunta incómodo un poco, era la primera vez que yo acudía al puesto, y no me conocía.
Procuré ir cada fin de semana para ver qué más libros tenía. Aunque tengo que ser sincero, lo que me hacía ir, era la curiosidad de poder conocer a la señora, y lograr una reunión donde me contará sus vivencias con la polémica, y siniestra familia Salinas de Gortari.
Después de varias semanas de visitar el puesto, y de comprar más libros, poco a poco el señor fue tomándome confianza. Platicábamos brevemente de temas del momento, el señor me decía que le intrigada mucho, la razón de mi interés en la historia y en la política.
"Leer esos temas, es una buena combinación para conocer la verdadera realidad del país"
"¿Cómo vas con tu libro?"
Le comenté que aún me faltaba, que llevaba menos de la mitad, que me era difícil, por la falta de tiempo para investigar. Me dijo algo que yo ya sabía, y lo tenía muy claro:
"No escribas nada de lo que dice la televisión, lo que ellos dicen, si buscas e investigas es todo lo contrario"
Palabras totalmente ciertas. La televisión mexicana ha sido y es, uno de los peores males que aquejan a los mexicanos.
Cada semana que lo visitaba, quería nuevamente pedirle que me permitiera conocer a su esposa, para dedicarle un capítulo entero en mi libro. No me decidía, no quería incomodar como la primera vez.
Finalmente, me decidí, ese mismo sábado, volví a insistir. Afortunadamente está vez, la respuesta fue positiva.
Me dijo que podría ser un miércoles o jueves después de las 18 horas, "esos días no salgo a vender", me indicó.
Acordamos reunirnos un jueves a las 20 horas, me dió su dirección, y me indicó cómo llegar. El día del encuentro, no fui sólo, pedí ayuda a una amiga periodista, para que me apoyará a preparar una buena entrevista.
Finalmente llegó el día, emoción y adrenalina corría por todo mi ser; imaginaba y pensaba en todos los recuerdos, vivencias y anécdotas que podría platícarme la señora "Silvia".
Señora "Sílvia": "Llegue a trabajar un lunes, me recibió amablemente..
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