Doroteo Arango, político y revolucionario mexicano y uno de los principales y más discutidos caudillos de la Revolución Mexicana, nacido en 1878 en San Juan del Rio, Durango y muerto en 1923 en Parral, Chihuahua. Apoyó a Madero en 1910 y se distinguió por su valor y sus extraordinarias dotes de guerrillero; a la muerte de Madero, junto con Carranza y Zapata se opuso a la dictadura de Huerta y como jefe de la famosa División del Norte obtuvo algunas de las principales victorias de la revolución; distanciado más tarde de Carranza, fue derrotado en Celaya por Obregón, general en jefe del Ejército Constitucionalista; desde 1920 se dedicó a la agricultura.
Se dice que fue hijo ilegítimo de Agustín Arango y Dorotea Quiñones (más adelante publicare un artículo sobre las dudas sobre el verdadero padre biológico), quedó huérfano desde la adolescencia, y se vio obligado a trabajar como leñador, agricultor y comerciante. En 1894, él y sus hermanos llegaron a trabajar como medieros en la hacienda de la familia López Negrete; cuando uno de los dueños abusó de su hermana Martina, Villa mató a su patrón, de esta manera tuvo que esconderse y cambiar su nombre por el de Pancho Villa. Vivió varios años como ladrón de ganado y estuvo durante algún tiempo preso en Durango.
Para cuando se lanzó a la revolución en 1910, llevaba consigo un amplio conocimiento de las zonas en que por muchos años había vivido perseguido por la justicia y un profundo sentimiento de solidaridad con los desheredados, entre quienes él mismo se había contado. También aportó sus excelentes dotes como organizador y estratega.
Villa retomó las armas en 1912 para combatir la rebelión orozquista. Sobresalió en varios combates por su arrojo y fue ascendido a general brigadier por Huerta, quien luego lo acusó de insubordinación y ordenó su fusilamiento. Madero le condonó la pena de muerte por la cárcel. Villa escapó de la cárcel militar de Santiago Tlatelolco a fines de ese mismo año, y se integró entonces en la lucha contra Huerta.
En septiembre de 1913 quedó constituida en ciudad Juárez la División del Norte; mientras tanto, su prestigio continuaba creciendo. Con la firma del Pacto de Xochimilco, el 4 de diciembre de 1914, se estableció una alianza entre la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur, dirigido por Emiliano Zapata, quien logró que el caudillo norteño se uniera al Plan de Ayala.
Francisco Villa tenía ideas muy precisas sobre la forma en que se podía hacer el reparto agrario. Durante los años de 1914 y 1915, a través del periódico Vida Nueva, se expusieron una gran cantidad de propuestas por parte de los que se podrían definir como "ideólogos" del villismo, gente muy preparada y muy comprometida con la revolución, como Carlos Sánchez Aldana, José del Riego, Manuel Bonilla, B. Mallén y otros.
Villa era un tipo de hombre que no teorizaba sobre sus ideas y objetivos revolucionarios, pero a lo largo de su participación en la lucha revolucionaria fue construyendo un proyecto que se sustentaba en sus ideas y acciones, Villa tenía claro que una parte de los campesinos debía permanecer al pie de las parcelas y de las antiguas haciendas, produciendo el grano necesario para el abasto de la población y del mismo ejército revolucionario. En cuanto a los soldados afectos a la revolución, gozarían de todas las ventajas y de las mejores tierras hasta que la revolución mexicana se consolidara y la estructura de poder se pudiera definir.
La Ley Agraria villista del 6 de mayo de 1915 exponía: "La gran desigualdad en la distribución ha provocado que una gran mayoría de mexicanos dependan, como jornaleros, de una minoría de terratenientes. La concentración de unos cuantos terratenientes provoca que permanezcan sin cultivarse y sin producir grandes extensiones de tierra, o bien, que en la mayoría de los casos el cultivo sea tan deficiente que la producción no alcance para resolver el abastecimiento de todos los mexicanos". Por eso, la creación de la pequeña propiedad, busca obtener una abundante producción para que se cubra el consumo nacional y se impida el abuso en los precios de los alimentos y el coste de la vida.
"Los ideales de la Revolución del sur y del centro de la República siempre han sido, son y seguirán siendo de "Tierra y Libertad", que son las esperanzas y anhelos del pueblo mexicano", manifestó en una ocasión el caudillo revolucionario. La maduración del proyecto político en este período no conllevó el éxito militar. Villa fue derrotado por Obregón sucesivamente en Celaya, León y Trinidad y obligado a replegarse hacia el norte del país, donde combatió a lo largo de 1915 y 1916. Tras fracasar en su intento de tomar Agua Prieta, el caudillo se vió convertido en un guerrillero que operaba sólo en Chihuahua una vez disuelta la División del Norte.
En represalia por el bloqueo del gobierno de Estados Unidos, Villa atacó Nuevo México del 15 de marzo al 21 de junio de 1916. Villa estuvo inactivo desde entonces; en realidad, ya había perdido su categoría de jefe de ejércitos para convertirse "sólo" en un temible guerrillero. Al fin, logró la amnistía mediante la firma de los Convenios de Sabinas.
De acuerdo con sus estipulaciones, permaneció con cincuenta guardias en la hacienda de Canutillo, a la que gobernó con tiento y sabiduría, en compañía de sus antiguos compañeros de la División del Norte, los llamados dorados. A finales de 1922 expresó sus simpatías por el precandidato Adolfo de la Huerta, quien estaba en competencia por el cargo con Plutarco Elías Calles. Esta toma de postura implicó su fin. El 20 de junio de 1923, Villa y tres acompañantes fueron asesinados en una emboscada en Hidalgo del Parral y tres años después su tumba fue profanada. En 1969 se colocó su nombre con letras de oro en el recinto del Congreso de los Diputados de México.
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