jueves, 6 de octubre de 2016

El 6 y 9 de Agosto de 1945

“¿Dónde?” era la pregunta que se hacían los generales estadounidenses y el Presidente Truman sobre el lugar para lanzar las bombas. Kyoto era el lugar idóneo para el ataque, sin embargo las ciudades de Hiroshima, Kokura, Niigata y Nagasaki también presentaban un excelente blanco. Tras las primeras deliberaciones Kyoto quedó descartada por ser uno de los principales centros culturales de Asia y Niigata quedaba demasiado lejos por situarse en el extremo más septentrional de la Isla de Honshu, con lo cual la lista se redujo a Hiroshima, Kokura y Nagasaki. Al final Kokura quedo también descartada en el último momento por el cielo nubloso de ese día. 
Japón agotado militar, económica y moralmente buscaba una salida negociada y una paz honrosa. Estados Unidos con su espíritu soberbio e imperialista se hallaba impaciente por mostrar al mundo su poderío y su siniestro armamento nuclear, desarrollado a partir del Proyecto Manhattan. A Japón se le impusieron condiciones inaceptables para aceptar la rendición y la paz:
  • La rendición incondicional.
  • La renuncia a su soberanía, permitiendo a Estados Unidos ingresar libremente.
Estas condiciones que sabía, de antemano, no serían aceptadas por Japón, y que supondría la excusa perfecta, para lanzar las bombas atómicas.

Las más de 500.000 victimas (según algunas fuentes), no sirvieron sólo para hacer que Japón se sometiera a los intereses de Washington, sino para que también lo hiciera la gran mayoría del planeta, por miedo a la amenaza atómica.
En realidad el objetivo principal de Estados Unidos era impresionar a sus competidores eternos la Unión Soviética, que por el frente norte intentaban ingresar. Japón meses antes del lanzamiento de las bombas atómicas, había enviado su rendición y solicitaba la paz. Muchos investigadores mencionan que Estados Unidos mostro incapacidad total ante la guerra con el lanzamiento de las bombas, ya que no querían verse disminuidos ante una pujante URSS. De esta manera Estados Unidos mato dos pájaros de un tiro, en primera venció a los japoneses y en segunda intimido a la Unión Soviética y demostro a todo el mundo que con una bomba tan siniestra y letal era el todopoderoso.

Siempre se ha puesto como pretexto, para justificar los genocidas bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, que Japón no quería la paz, algo que es una mentira del imperio. Como mencione anteriormente Japón estaba rendido; hacía meses que venía expresando sus deseos en este sentido. Lo que Estados Unidos no quería era un prolongado proceso de paz, que permitiera a otros agentes, como la Unión Soviética, intervenir en el mismo. Además, con este salvaje acto de crueldad, Estados Unidos convirtió a las islas japonesas en un especie de protectorado yanqui. El lanzamiento de las bombas atómicas tuvo como principal objetivo advertir al resto de pueblos del mundo, el destino que les podía esperar a aquéllos que no se sometieran a la voluntad de Washington.
“Este hecho es uno de los actos más aterradores e inhumanos de la historia, es inaceptable que en una actualidad avanzada y tecnológica, nos sigamos exterminando. Estamos en esta misma dimensión con un objetivo principal; subsistir como hermanos y habitar en armonía. Tenemos que ser tolerantes y comprensivos, luchar por una paz mundial y realizar los ordenamientos de Dios”
GMT
"Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La Paz”
Albert Einstein


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