Bajo la idea de un indígena que vivía en la sierra y caminaba kilómetros para llegar a la primaria, Juárez se ha coronado como uno de los más grandes ejemplos a seguir; sin embargo, la historia real es otra. De origen humilde, la Iglesia le dio educación y le ayudó a convertirse en uno de los abogados más prominentes de Oaxaca. Sin embargo, debido a la influencia de los maestros masones del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, poco después adoptó una postura totalmente cruel hacia ella. Jamás estuvo orgulloso de su origen indígena. Sus propuestas de igualdad para los mexicanos no incluían a los indígenas porque ellos no eran mexicanos según el gobierno.
Su presidencia se dio gracias a fraudes electorales, nunca fue elegido por el pueblo y asesinó a sus enemigos impunemente. Autorizó una serie de tratados que eliminaban la soberanía del país en beneficio de Estados Unidos; Justo Sierra los declaró un “crimen político”: los militares estadounidenses podían acceder al país y matar, arrestar o poseer tierras sin ningún castigo, según el tratado de McLane Ocampo. Además, Juárez mandó a Lerdo de Tejada para que los estadounidenses invadieran México, impusieran su idioma y se prohibiera el catolicismo, hubiera una inmigración masiva y los militares enseñaran al ejército mexicano bajo el protectorado de los estadounidenses, sin embargo, el proceso se pospuso porque James Buchanan quería ser el dueño del territorio; no tener a México .
Las leyes de Reforma, en realidad, fueron dadas por Valentín Gómez Farías en septiembre de 1835, en las que se subordinó completamente al poder eclesiástico, lo despojó de sus bienes y libertades. La separación de la Iglesia y del Estado fue hecha por Ignacio Comonfort y Lerdo de Tejada.
Fuente: Cultura Colectiva
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