miércoles, 14 de junio de 2017

Mentiras históricas que nos obligaron a creer en la escuela: Los niños héroes

Sobre los niños héroes existen una serie de leyendas y mitos que los etiquetan como aquellos que defendieron la patria y el territorio a toda costa. Sin embargo, los opositores se aferran a la idea de que en realidad estos niños nunca existieron, que para apaciguar los ánimos y resaltar los valores de México, el gobierno decidió crearlos. El mito nació cuando el presidente Harry Truman, de Estados Unidos, visitó México para conmemorar la batalla entre estos países, el entonces presidente mexicano, Miguel Alemán, decidió que los periódicos y medios de comunicación debían publicar el hallazgo de seis calaveras durante las excavaciones en el cerro de Chapultepec. Por decreto se declaró que eran indudablemente los Niños Héroes. 

Por otro lado, el mito de que Juan Escutia se lanzó con la bandera entre sus brazos es completamente infundado: ni le dieron un balazo ni cayó con la bandera. No hay ningún registro de que algún joven cayera con el lábaro patrio. A Juan Escutia no le dieron un balazo, ni tomó la bandera para evitar caer, ni se tropezó con ella, ni lo empujaron, etc. No hay ningún registro que alguno de los jóvenes cadetes cayera del castillo, al menos no con una bandera. Nadie sabe cómo surgió el mito de Juan Escutia, sólo Manuel Raz Guzmán narró en forma poética cómo, supuestamente, murió Agustín Melgar (no Juan Escutia): “pero tú, Melgar … rodeado de enemigos les disparas tu arma, y no teniendo esperanza, antes que rendirte te envuelves en el pabellón nacional y presentas tu pecho juvenil a las balas del invasor”. Sin embargo, sí hubo un mexicano que se envolvió con la bandera: Margarito Zuazo, pero no se suicidó, sino que herido, regresó a su casa y entregó la bandera rescatada, muriendo unos días después por sus heridas.


Fuente: Cultura Colectiva

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pancho Villa y Tomás Urbina: anécdota

Urbina era un mestizo tarahumara, nativo de la Congregación de las Nieves, en Durango. Tenía ocho años más que Pancho Villa, cuando se conoc...