En marzo de 2009 el general se reunió en Tamaulipas con Heriberto Lazcano Lazcano alias "El Lazca" líder de "Los Zetas", no era el primero de sus encuentros, ya habían tenido otras dos reuniones. Cuando llegó a la guarida del "Lazca", por delante salió la escolta del narcotraficante, formada en su mayoría por capitanes desertores de las fuerzas armadas, quienes hicieron un saludo militar que a Acosta Chaparro le molestó mucho. Aunque se dijeran muchas cosas del general, era un hombre que a su manera se tomaba muy en serio el honor del ejército mexicano.
Heriberto Lazcano le informó al general que en ese momento tenían presencia en 22 estados, y que muchos "zetas" se habían salido de control y se convertirán en un grave problema. Mario Arturo Acosta Chaparro pidió a Heriberto Lazcano Lazcano lo mismo que le había pedido a los demás cárteles: que redujeran la violencia, que se podían matar entre ellos, "pero sin decantaciones y sin exhibir lo grotesco de las ejecuciones".
Está reunión con el líder de "Los Zetas", fue uno de los últimos encargos por parte del gobierno de Felipe Calderón. Acosta Chaparro se convirtió en una piedra en el zapato. El general era muy peligroso por toda la información que tenía sobre las reuniones, tratos, pactos, acuerdos y negocios que había entre el crimen organizado y el gobierno federal calderonista.
El 20 de abril de 2012, pasadas las seis de la tarde, el general en retiro Mario Arturo Acosta Chaparro fue ejecutado.
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