miércoles, 29 de noviembre de 2017

Calderón, La Familia Michoacana y los granadazos en Morelia

El 16 de septiembre de 2008, a las siete de la mañana, el general de división retirado Acosta Chaparro arribo a Morelia, Michoacán, fue enviado por Juan Camilo Mouriño, la misión era capturar inmediatamente a los culpables del atentado con granadas ocurrido el 15 de septiembre en el centro historico de aquella ciudad colonial. En ese cruel acto murieron ocho personas y 107 resultaron gravemente heridas. La sociedad mexicana estaba enardecida y exigía justicia. El fraudulento, corrupto y criminal gobierno de Felipe Calderón no tenía respuestas, por eso el entonces secretario de gobernación, el hombre más cercano del presidente espurio, mandó al general para resolver de una vez por todas dicho problema.

El general sabía que era casi imposible encontrar a los culpables, pero esa mañana la buena fortuna le sonrió. Al llegar, se entrevistó rápidamente con un soldado que era miembro de la secta Luz del Mundo. Gracias a él, el general pudo tener una reunión con dos de los hombres más buscados del país: Nazario Moreno González alias "El chayo", y José de Jesús Méndez alias "El chango", dos de los tres líderes del cártel de "La Familia Michoacana".

El general solo tuvo que esperar un par de días para dar buenas noticias a Calderón y Mouriño. El 18 de septiembre "La Familia Michoacana" había ubicado u detenido a los supuestos responsables del atentado.

Obviamente y por ningún motivo la sociedad mexicana debería saber que quien localizó a los supuestos culpables había sido un cártel de la droga y no las autoridades que para eso se les paga.
Al "Chayo" y al "Chango" les urgía entregar a alguien ajeno a su grupo, para atribuirle el atentado, de esa manera quedarían bien con el gobierno corrupto de Felipe Calderón.

Finalmente el general Acosta abordó un avión y se fue a recoger a los presuntos responsables, siguiendo las instrucciones de los capos, aterrizó en Apatzingán, de ahí un taxista los guío hasta Antúnez y en una casa solitaria les fueron entregados tres sujetos que confesaron rápidamente su culpabilidad. Se les tomó su declaración y se les vídeograbó.

Mario Arturo Acosta Chaparro se comunicó rápidamente con Calderón y Mouriño, indicándoles que la misión de había cumplido. El viernes 26 de septiembre, en un descarado montaje de los acostumbrados por el gobierno de Felipe Calderón, la PGR anunció que gracias a una denuncia ciudadana el día anterior habían sido detenidos los supuestos responsables del atentado, quienes fueron identificados como zetas: Julio César Mondragón Mendoza, Juan Carlos Castro Galeana y Alfredo Rojas Elicea.

Días después, familiares de los detenidos y presentados rompieron el silencio y declararon a la prensa que entre el 18 y el 23 de septiembre los tres hombres fueron privados de su libertad y torturados por sujetos armados en Lázaro Cárdenas. Después fueron trasladados a otra casa de seguridad donde nuevamente fueron torturados hasta que llegaron las autoridades federales y se los llevaron en avión. Días después los familiares vieron en las noticias que los tres hombres eran presentados como culpables del atentado en Morelia, situación que era falsa, ellos no tenían nada que ver con los zetas y mucho menos con los granadazos. Los montajes, culpar, encarcelar y asesinar a inocentes fue una constante en el gobierno del espurio y corrupto Felipe Calderón.



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