sábado, 25 de noviembre de 2017

El borracho Felipe Calderón

El problema de alcoholismo de Felipe Calderón empeoró conforme avanzó su gobierno espurio. El bar construido en el sótano de la residencia Miguel Alemán se convirtió en su sitio favorito. El estado mayor presidencial colecciona en su memoria postales de las escenas de Calderón cuando se le pasaban las copas, y de las absurdas órdenes que giraba.


Cuentan que una de esas largas noches, Felipe Calderón, ya con dificultad para hablar, por el exceso de alcohol, llamó a uno de los tres procuradores que tuvo durante su gobierno para exigirle su renuncia por "traidor". Al otro día, el funcionario fue a verlo y le presentó su renuncia. Calderón lo miró con extrañeza y le devolvió la renuncia, indicándole que no entendía, o no lo recordaba y se avergonzaba de lo que había hecho.

A lo largo del fraudulento sexenio, amistades y familiares de Margarita Zavala hablaban con preocupación del distanciamiento que había entre la pareja por el problema de alcoholismo. En más de una ocasión Margarita abandonó a Calderón, se fue a vivir a una casa en el fraccionamiento Las Águilas, al sur de la Ciudad de México. Después de días el estado mayor presidencial iba por ella y la llevaba de regreso a la residencia presidencial. Calderón increpaba, mentaba madres, golpeaba y empujaba a sus subalternos.


Podían pasar largos periodos en que Felipe Calderón y Margarita no eran vistos juntos en actos públicos, e incluso durante las vacaciones familiares cada quien se iba por su lado. Personas cercanas a la pareja indicaban que hubo una época, a mediados del sexenio, en que Calderón vivió separado de Margarita en una de las cabañas de Los Pinos remodeladas durante el sexenio de Fox.

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