martes, 4 de abril de 2017

Raúl y Carlos Salinas de Gortari asesinos intelectuales de Colosio

Manuel Camacho Solís siempre pensó que Salinas cumpliría el pacto que le hizo con anterioridad de nombrarlo sucesor en la presidencia, después de conocer la realidad y saber que la elección interna favoreció a Colosio como candidato, 

Camacho se desquició emocionalmente por no ser el elegido. Salinas le había fallado. 

Los siguientes meses fueron de tensión interna en el PRI. Camacho Solis le dijo a Salinas: 

“No te pregunto por qué no fui yo… sino por qué fue Luis Donaldo”. 

De la decepción a la furia, y de la furia al desequilibrio emocional, Camacho se convirtió en un factor que intentó, siempre, descarrilar la campaña de Colosio.

Otro de los personajes que estuvieron total y rotundamente en contra de la elección de Colosio para que fuese sucesor de Salinas en la presidencia, fue su hermano Raúl Salinas de Gortari, quien jamas tuvo buena relación con Luis Donaldo. Esta documentado que en una ocasion, en una reunion interna con los manda mas del PRI, Colosio le restrego en su cara a Raul Salinas que cuando él fuera presidente, se le terminarían los privilegios, que pasaría de ser un personaje poderoso, a ser un simple hermano de el ex presidente.

Varios fueron los desencuentros entre Raúl Salinas de Gortari y Luis Donaldo Colosio. 

Tampoco José María Córdoba quería a Colosio. El asesor presidencial todopoderoso perfilaba como candidato a Ernesto Zedillo. 

El hermano incómodo Raúl Salinas pretendía seguir haciendo negocios cuando terminara el gobierno de Carlos y empezará el de Donaldo.

“Las puertas de Los Pinos se abren desde adentro, no desde afuera”, le dijo Raúl Salinas a Colosio.

Fue más que una advertencia. Fue una amenaza. Desde entonces con la inconformidad de Camacho Solis y la nula relación con Raul Salinas, comenzaría el plan para eliminar a Colosio.

El discurso del 6 de Marzo en el Monumento a la Revolución fue una bofetada y la gota que derramo el vaso.

No se podía hablar de un país triunfador cuando el propio candidato del partido en el gobierno hablaba de un México agraviado, con hambre y sed de justicia; con un presidencialismo (ejercido por Salinas) que era necesario reformar y sujetar “a los límites constitucionales”.

El discurso de Colosio provocó la furia de Salinas en Los Pinos. En unos minutos, Luis Donaldo había hecho pedazos al país que tanto presumía Salinas en el extranjero. Lo acabó y Colosio firmo su sentencia de muerte.

En su libro "Estos años", Julio Scherer cuestiona sobre el discurso a Luis Donaldo:

-¿Conoció el Presidente Salinas tu discurso antes de que lo pronunciaras?

-Espero que me comprenda.

-¿Conoció tu discurso?

-No.

Cuando se le pregunta directo a Salinas sobre la muerte de Colosio, evade, esquiva.

-¿Usted mandó matar a Colosio? —le pregunto el periodista Jorge Ramos—.

-Luis Donaldo Colosio era mi amigo…

-Vuelvo a la pregunta: ¿Usted no tuvo nada que ver con el asesinato de Colosio?

-Yo fui de los que más perdieron…

Salinas no responde directamente a estas preguntas. Le queman. Lo aturden. La palabra “no” se le atora. 

Quizás, cargo de conciencia.

En su libro los "Malditos" el periodista J. J. Lemus relata su convivencia y sus charlas con Mario Aburto en la cárcel, Aburto le confirmo que simplemente él fue un chivo expiatorio para encubrir a los verdaderos asesinos, indica que él no es el culpable de la muerte de Colosio, comenta que a él lo culparon de algo que no hizo, soy inocente, reitero Mario Aburto.

En el libro "México en Llamas: el legado de Calderón" la escritora Anabel Hernandez, relata como meses antes de la muerte de Colosio, Carlos Salinas de Gortari, se reunió con Diana Laura Riojas entonces esposa de Colosio Murrieta, para explicarle e indicarle que era necesario eliminar a Luis Donaldo, que no había vuelta atrás. Salinas salio de la casa donde se reunió con Diana Laura , ella simplemente se quedo llorando y lamentándose por el plan siniestro venidero.

Luis Donaldo Colosio Murrieta en ese lejano 23 de marzo de 1994, se encaminaba para ser un presidente diferente, con ideales de cambio, buscando una verdadera democracia.

El único pecado que cometió Colosio; fue desconocer y hacer a un lado a los hermanos Salinas, tambien no dejarse manejar y manipular por Carlos y Raúl.

Carlos Salinas de Gortari y Raúl Salinas de Gortari fueron los autores intelectuales de la muerte de Colosio. 

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