martes, 11 de abril de 2017

Tomás Yarrington, EPN, Los Zetas, y la ejecución de Torre Cantú

Jorge Fernandez Menendez en su programa: Todo Personal, contó lo siguiente:

Era el sexenio de Vicente Fox y el secretario de seguridad pública era Eduardo Medina Mora. Era un momento de feroz violencia en Tamaulipas y yo tenía que ir a una boda nada menos que a Matamoros, la tierra de Osiel Cárdenas y del entonces gobernador Tomás Yarrington. 
Medina Mora decía que el lugar era extremadamente peligroso y decidió ponerme una custodia llegando a esa ciudad.

Me pareció inútil, hasta que esa noche, mientras me llevaba un funcionario del gobierno estatal, no recuerdo su nombre, a una cena en un restaurante, me dijo que no podía cenar donde yo lo tenía pensado porque allí lo estaba haciendo Osiel Cárdenas y me mostró varias camionetas con hombres armados parados frente al restaurante. 

Le pregunté a mi acompañante si no harían nada y me dijo que ellos no podían, que era tema del gobierno federal. 

Me sorprendí y comprendí quién mandaba en el estado. 

De regreso a México lo comenté con Medina Mora y con Genaro García Luna, entonces jefe de la AFI, ambos confirmaron mis sospechas y me dijeron que con el gobernador era imposible trabajar.

Unas semanas después, Osiel fue detenido en Matamoros, en un operativo, del cual el gobierno estatal no fue informado, por tropas del ejército mexicano. 

En el 2007 fue extraditado a Estados Unidos, donde llegó a un acuerdo de colaboración con las autoridades de ese país. Ahí, en realidad, comenzó la caída de Tomás Yarrington.

Para esa fecha hacia ya meses que se sabía que el ex gobernador estaba siendo investigado por las autoridades estadounidenses por sus relaciones con el crimen organizado y que más temprano que tarde esas acusaciones se convertirían en una acusación formal. 

El ex gobernador, en cuanto concluyó su mandato, en 2004 compró una propiedad por 6 millones 600 mil dólares en San Antonio, Texas. Antes de ser gobernador, osea cuando era presidente municipal de Matamoros, su paisano Osiel Cárdenas era el que controlaba el narcotráfico en la entidad, Yarrington recibió de un contratista del gobierno un departamento de medio millón de dólares en la Isla del Padre, también en Texas.

Las autoridades estadounidenses embargaron o congelaron cuentas de Yarrington por millones de dólares en Estados Unidos y se están investigando, también, los movimientos realizados por Alejandro Cano Martínez, un operador financiero de Osiel que manejaba los recursos que el capo hacía llegar a autoridades políticas y de seguridad y que eran depositados, en bienes o cuentas, en Estados Unidos. 

Pero una de las acusaciones más graves en torno a Yarrington es la que lo relaciona a personajes de su equipo muy cercano y a él mismo, con el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, el candidato del PRI al gobierno del estado, ejecutado una semana antes de las elecciones. 

A Rodolfo lo sucedió su hermano Egidio.

Según la DEA, Antonio Peña Argüelles, ex colaborador de Yarrington, recibió el 29 de noviembre de 2011 un mensaje de uno de los líderes de los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, que le advertía lo siguiente: “su hermano (Alfonso) ha estado diciendo que usted y Tomás Yarrington, junto con (Jorge Eduardo) Costilla (líder del cártel del Golfo y enemigos mortales de los Zetas), asesinaron al candidato a gobernador Rodolfo Torre Cantú porque afectaba al negocio de la construcción y estaba (Peña Argüelles) patrocinado/ protegido”. 

Los restos de Alfonso Peña, hermano de Antonio, fueron encontrados ese mismo 29 de noviembre en Nuevo Laredo. 

Junto al cuerpo había un mensaje de los Zetas en el que acusaban a Antonio de haberles robado cinco millones de dólares.

Según la DEA, Antonio Peña se reunió en 2008 con Yarrington en una casa que éste rentó en San Antonio para analizar el conflicto financiero que existía con Treviño Morales y que terminó con el asesinato de Alfonso. 

Tiempo después, Antonio Peña Argüelles fue arrestado en San Antonio y se ha convertido en la principal fuente de acusaciones contra su ex jefe, Yarrington. 

En sus declaraciones reconoce que estaba encargado de lavar el dinero del ex gobernador en relación con esos grupos criminales.

Recordemos que Zetas y el Golfo pertenecían a una misma organización criminal: cuando se dio la ruptura en 2006-07 quienes habían colaborado con ambos grupos quedaron en medio de la refriega entre los dos grupos criminales. 

La DEA sostiene que obtuvo los libros contables de Peña y de su hermano Alfonso en los cuales se puede comprobar que recibieron millones de dólares del narcotráfico destinados a Yarrington y otros colaboradores.

El asesinato de Rodolfo Torre se habría generado porque éste no tenía buena relación con Yarrington y porque no garantizaba los acuerdos de negocios con el Cartel del Golfo y los Zetas. 

Ese es el entorno de las acusaciones contra Yarrington, y resulta inconcebible que después de tantos años y tantas acusaciones, no fue capturado en Mexico, es importante tambien mencionar que el PRI le facilito la huida, le brindo proteccion con escoltas del gobierno, y esta haciendo todo lo posible para no solicitar la extradicion.

En caso de que Yarrington llegara a Mexico, solamente tendria una condena de 20 años de prision, si es enviado directamente a Estados Unidos le esperarian dos cadenas perpetuas.

Enrique Peña Nieto y el PRI le brindaron ayuda, le dieron todas las facilidades para escapar, esconderse y hasta seguridad personal le dieron.

Los nexos con el crimen organizado del PRI es verdaderamente escandaloso e imperdonable. 

Necesitamos de una vez por todas, juzgar y encarcelar por corrupcion y por nexos con el narco a todos los maximos dirigentes del PRI, principalmente a Peña Nieto por encubrimiento, confabulacion y por brindar ayuda a narco-criminales-politicos.

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