Las afores en nuestro país no garantizan nada, la corrupción las ha consumido en su totalidad.
Millones de trabajadores y trabajadoras de nuestro país, no tendrán tranquilidad, estabilidad y mucho menos la opción de jubilarse, después de haber laborado toda su vida, la culpa de esto lo tienen los negocios fraudulentos de las afores.
Los bancos son los únicos beneficiados, se enriquecen aun más con el dinero de los mexicanos.
Millones de trabajadores y trabajadoras de nuestro país, no tendrán tranquilidad, estabilidad y mucho menos la opción de jubilarse, después de haber laborado toda su vida, la culpa de esto lo tienen los negocios fraudulentos de las afores.
Los bancos son los únicos beneficiados, se enriquecen aun más con el dinero de los mexicanos.
Con las reformas del gobierno priista, se pretende entregar los fondos de retiro a la simple especulación financiera de los bancos.
Las millonarias ganancias de la partida de las afores han sido sólo para los grandes capitalistas. Mientras tanto las pérdidas se socializan con los trabajadores formales e informales de México.
Este robo que se perpetra desde el surgimiento de las afores, se suma a la imposición del aumento en la edad de jubilación a 65 años y a 20 los años de servicio cotizados para tener derecho a una pensión de retiro, gracias a las reformas en materia de pensiones que han aprobado los partidos PRI y PAN, al servicio de los empresarios.
Mientras esto sucede, los funcionarios de gobierno, al contrario, tienen jubilaciones exorbitantes:
Esto es agravio para todas y todos los trabajadores de a pie, que son los que garantizan el funcionamiento de la economía.
- Un diputado, $77,000 por mes.
- Magistrados de la Corte Suprema de Justicia de la Nación $111,800
- Directivos de Pemex $250,000.
Esto es agravio para todas y todos los trabajadores de a pie, que son los que garantizan el funcionamiento de la economía.
Las trabajadoras y los trabajadores mexicanos deben contar con fondos de pensiones que brinden una buena calidad de vida, al final de su vida laboral.
Es necesario que las pensiones cubran por lo menos el costo de la canasta básica y se ajusten de acuerdo con la inflación. Que se abroguen todos los contratos y las leyes que imponen la jubilación a partir de los 65 años. Hay que terminar con los privilegios de los altos funcionarios que se enriquecen a costa de entregar los recursos del país al capital privado y de incrementar el ritmo de explotación sobre el pueblo trabajador. Que los jueces, diputados, directivos y todos los funcionarios cobren la misma pensión que una maestra.
No se puede dejar la administración de los fondos de pensión en manos de asesores financieros al servicio de los grandes empresarios que especulan y e enriquecen con nuestro dinero del retiro.
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