El principal responsable de la aprehensión de Juan García Ábrego fue el narcotraficante Oliverio Chávez Araujo, quien lo habría ubicado antes que el gobierno federal. Chávez Araujo alias "El zar de la cocaína" alertó a las fuerzas federales para que lo apresaran.
García Ábrego fue detenido en una finca a las afueras de Monterrey, en el municipio de Juárez, Nuevo León, donde se reunía frecuentemente con su tío Juan Nepomuceno Guerra para planear los movimientos de droga y acordar otros negocios.
Oliverio Chávez pudo infiltrar a colaboradores suyos en la organización de García Ábrego. Logró que dos ex militares, Martín Barajas y Leonel Montoya, escalaran poco a poco en la estructura del Cártel del Golfo.
Barajas, un ex militar de Huetamo, Michoacán, comenzó a ganarse la confianza de García Ábrego. Martín Barajas acercó a Carlos Rosales alias "El Tísico" a la organización criminal tamaulipeca, quien después sería el representante del Cártel del Golfo en Michoacán y, tras romper con esta organización, daría pie a la formación de "La Familia Michoacana".
Barajas se ganó tanto la confianza de Juan García Ábrego que pronto fue incluido entre los 120 hombres de su escolta.
Nadie sabía que Barajas estaba trabajando para Chávez Araujo. Le informaba sobre todos los movimientos del capo de Tamaulipas. Cuando Oliverio alias "El zar de la cocaína" lo consideró prudente, filtró la información a la policía federal, que finalmente pudo proclamar que detuvo al "hombre fuerte" del Cártel del Golfo.
García Ábrego estaba comiendo cuando irrumpieron las fuerzas federales. Había llegado dos días antes con 100 escoltas para reunirse con su tío y otros miembros de la cúpula del cártel.
Ábrego cometió un gran error, mando a descansar a la mayoría de su escolta, ordenó que permanecieran solamente 10 escoltas y que al resto se les diera permiso para distraerse.
Entre los hombres que se quedaron bajo el mando de Juan Rosales, estaba Martín Barajas. Barajas le describió esa situación a Chávez Araujo y éste le dijo que no se preocupara, que únicamente debía asegurarse de no disparar a los oficiales de la PGR que irían por García Ábrego.
Los federales llegaron a la finca como parte del "Operativo Leyenda" que se instruyó desde la Ciudad de México. Los 14 agentes federales hicieron la detención de manera limpia y sin disparos.
La reacción de Juan García Ábrego desde prisión no se hizo esperar. Al conocer el nombre de los traidores ordenó que los ejecutaran. A Leonel Montoya lo colgaron de un puente en Ciudad Victoria, su casa en el municipio de Altamira fue incendiada. Adentro perecieron su madre y una de sus hermanas, atadas de manos y pies a dos sillas del comedor.
A Barajas no le pudo hacer nada físicamente porque fue recluido de inmediato en la cárcel federal de Puente Grande. Pero el capo del Cártel del Golfo ordenó a su entonces jefe de escoltas, Juan Rosales, que lo asesinara en la cárcel en cuanto pudiera, y le ofreció a cambio un millón de dolares y la posibilidad de contar con un abogado permanente para que llevara su proceso penal y evitara la sentencia de 60 años que el agente del MP pedía para él. Aun así, Rosales no atendió la instrucción.
Fuente: Libro "Los Malditos 2, El Último Infierno, más historias negras desde puente grande" de J. Jesús Lemus.
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