Todos estaban armados con pistolas de juguete. Aunque eran balas de plástico, parecía que realmente se lastimaban.
Lo más llamativo es que parecía que jugaban a los sicarios; el padre capturaba a los hijos y los llevaba con la mamá, quien a modo de castigo, los ejecutaba con un disparo en la cabeza.
En un país tan violento como México, es imperdonable que padres de familia jueguen de esa manera con sus hijos, en vez de armas de juguete deberían comprarles libros.
Fuente: Chiapas sin censura
No hay comentarios:
Publicar un comentario